El Orden Del Discurso

1 Al fin sucede
2 La excepción
3 Uno entre 1000
4 Caravana
5 Adiós
6 Me quedo aquí
7 Lago en el cielo
8 Dios nos libre
9 Otra piel
10 Medium
11 Bomba de tiempo
12 Crimen
13 Jugo de Luna


Currícula: Alguna vez se empilchó como el Principito de Saint E.; fue deejay de una rave, sopló vientos, acarició cuerdas y compadreó con el tango 220 V. de Santaolalla, siempre vigente, en el subconsciente, como el frontman de la banda más importante de Latinoamérica.

Pero en “Ahí vamos”, distribuido por Sony BMG, Gustavo Cerati retorna a su esencia musical más pura, en la cornisa del pop y respetando los conceptos del rock, reivindicando su propio producto; esa trademark que de sólo escuchar algunos acordes distorsionados, la referencia oral es innecesaria. Esa guitarra hiperkinética, motor incesante que transporta sangre al resto de los órganos musicales.

Una viola rasguñada, desandada como por la lengua bífida de la serpiente y cuyo sonido no deja de taladrar los oídos, está presente en casi todos los tracks marcando el ritmo patentado de Cerati. Inclusive se destaca la tranquilidad de “Crimen”, pero también “La excepción” y “Al fin sucede” aunque lo más Soda está en “Lago en el cielo” sin tanta reverbación. Esto es una “Bomba de tiempo” nena! dice G. mientras entre tema y tema el tictactictac suena tácitamente, anticipando el estallido.

El rockito: Dios nos libre y en “Jugo de luna” como en casi todo álbum, el bajo pasa desapercibido y guitarra y batería son protagonistas, a lo White Stripes. En “Me quedo aquí” también se golpean en seco a los parches y algunas cuerdas de “Uno entre 1000” familiarizan con Deep Purple. Sin ánimo de comparar, en post de contextualizar un trabajo fino y escasa maquinaria, que es sólo el adhesivo para ensamblar los instrumentos.

Gustavo Cerati, se podría decir, tiene una voz prodigiosa para el rock. Los arreglos son distorsionados e inefables porque ya creó un estilo propio. La sutileza para traducir en canciones cómo levantarse una mina o decirle a alguien que no hay más lola, lo hacen un compositor sencillo y un músico destacado. “Ahí vamos” no es tan psicodélico como el disco cuando giran sus colores cebra en la compactera. Es más bien personal, preciso e invita a “que nos vuele la sonoridad por el aire” (G.C. dixit en “La excepción”).

Fuente: Showrock

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