El Orden Del Discurso

01. Don Gon Do It 4:35
02. Pieces Of The People We Love 3:43
03. Get Myself Into It 4:42
04. First Gear 6:23
05. The Devil 4:37
06. Whoo! Alright-Yeah...Uh Huh 3:48
07. Callin Me 3:46
08. Down For So Long 3:47
09. The Sound 4:25
10. Live In Sunshine 3:59




Pieces of the People We Love, segunda producción de los neoyorkinos con el cencerro más coqueto de esta década. Una buena y concienzuda destripada de todos y cada uno de los “amantes” de The Rapture. Su debut, Echoes (2003) le dio buena y larga vida al dance punk. “House of jealous lovers” es la canción ideal para bailar, brincar, follar o cualquier actividad física que realice un miembro de la generación post 9/11. En esta segunda entrega, Luke Jenner y compañía repiten la fascinante fórmula que los llevó a la fama internacional: un disco plagado de altibajos rítmicos, sintetizadores galantes y guitarras puntiagudas. Pieces of the People We Love no es un título gratuito, el disco completo es concretamente una carnicería auditiva. Cooney Island vio nacer a Jack el destripador 2.0, ahora con funciones cut and paste. The Rapture destaza a sus referencias, colocando minuciosamente trocitos de cada uno de sus amantes a través de los 10 contundentes tracks de su nuevo disco. Algunos pedazos sangrientos de T
The Cure, Gang of Four, Pavement, Michael Jackson, The Chemical Brothers, Radiohead e inclusive el raperín molestillo de Eminem conviven en este motín dance en colores neon.

La producción, realizada intermitentemente por Ewan Pearson (Goldfrapp, Sasha) Paul Epworth (Rakes, Fischerspooner) y el venerado Danger Mouse (Gorillaz, Jay-Z), continúa meticulosamente la propuesta que The Rapture mostró con Out of the Races and Onto the Tracks, Mirror y Echoes. Un trabajo escrupuloso que explota bien las cualidades de estos cuatro brooklynianos. Cuando deben sonar refinados lo hacen, cuando deben sonar mugrosos… también. El cencerro de Gabriel Andruzzi invita a bailar mientras la batería ponzoñosa de Vito Roccoforte se camuflajea con alucinantes secuencias que comulgan en un reforzado sincretismo entre el new wave y los sonidos sintéticos de principios de esta década. El cuerpo contra la mente.

Para muestra, la escurridiza canción filtrada por Internet hace algunos meses: “Whoo! Alright-Yeah Uh Huh (W.A.Y.U.H.)”. Ahí está el sonido crudo de viejas canciones de la banda, pero con sus debidas y refinadas modificaciones. “Done Gone Do It” abre el material, esta escupe un pegajoso coro acompañado de sintetizadores que suspiran elegancia. Así se va el disco 40 minutos rápidos, bipolares y bien amarrados.

Una colección de discos no necesariamente tiene que estar plagada de joyas. Las musas celestiales que provocan adicción y fascinación son contadas y codiciadas. En un estante pueden convivir las intocables con producciones buenas y aceptables, pero no trascendentales. Desgraciadamente el disco perfecto no nos ha llegado por parte de The Rapture, pero todos los amantes de la música pueden estar seguros que el Pieces of the People We Love no estorbará dentro de su harem discográfico.

Por Ibero 90.9


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